miércoles, 18 de septiembre de 2013

No son goteras, es España que llora.

Que situación y que espectáculo vivieron el otro día en el congreso nuestros políticos, cuando del techo empezaron a caer sobre la zona de tribuna de prensa, tres grandes chorros de agua.

¡Qué emoción, qué alboroto!. Jesús Posada suspendió durante dos horas la sesión de control, no fuera a ser que todos los allí presentes corrieran el peligro de morir ahogados o de que se les mojasen los Ipads.

Los allí presentes se llevaban las manos a la cabeza, otros apuntaban con el dedo y unos cuantos se reían a carcajada suelta y no me extraña. Menos mal que se han gastado 4,5 millones de euros en arreglar el congreso que si llegan a ser dos, no hubieran sido goteras, sino una catarata la que allí hubiera caído.
Y es que, este vergonzoso incidente bien podría ser una gran metáfora de la situación española. No son goteras, es España que llora.

Si señores, ahí van las lágrimas; unas cuantas por el sueño esfumado de Madrid2020, creíamos que ya todo estaba hecho, que Madrid iba a ser la ciudad de los juegos olímpicos y ZAS, ni siquiera la simpatía de Ana Botella con su “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” hizo que los miembros del COI se pensarán un poquito más nuestra candidatura y por si no fuera poco nos dieron con la primera en la frente.

El resto de las lágrimas son tantas y tan variadas que si las nombro, podría llegar a hacer de este artículo un libro de esos que hablan sobre la actualidad española.
Y es que hay lágrimas de sobra, el reto independentista, las tramas de corrupción, el paro… .

España llora y no va a haber cubos de basura para recoger tanta lágrima

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