viernes, 14 de marzo de 2014

MI REFERENTE ES UNA MARCA.

Piensa en alguien. No tiene que ser una persona muy conocida, no quiero que tengas en mente a tu padre o a tu mejor amigo.
Piensa en esa persona con la que la conversación más profunda que mantuviste fue la típica charla de ascensor en la que se comenta el tiempo.

¿Ya la tienes?
Ahora, haz un descripción mental. ¿Cómo me tratarías de explicar quien es la persona en la que estas pensando?

Probablemente lo harías de esta forma: "Juan, el chico de la clase de segundo, siempre va con sus gafas de RayBan como si fuera un hipster, pantalones pitillo de Levis y sus zapatillas de Vans como si creyera ser skater" 

¿A dónde quiero llegar con todo esto? Muy simple. Estamos dominados por las marcas. 

Probablemente, si le pidiésemos esta misma descripción a nuestros padres o abuelos, no nos hubiesen dado estos rasgos tan "superficiales" sino que nos hubieran dado una descripción que tuviese que ver con la actitud de la persona, como anda, como habla, su pensamiento ideológico ... "tiene pinta de ser un rojillo" o viceversa. 

Poco a poco las marcas han ido cobrando más fuerza hasta convertirse en referentes.
Si para nuestros padres lo eran la religión o la política, ahora lo son las marcas, hasta el punto de influir en nuestra forma de ser.

Y es preocupante, por un lado porque este hecho nos muestra el gran fracaso ideológico, político y también de valores que tiene nuestra sociedad.
La religión, la política ... NO VALEN, son prescindibles, ya no pueden ser referentes.
Es muy fácil manejar a las masas, hacia una dirección u otra, como marionetas, teledirigidos por unos ideales establecidos por un ente cuyos intereses se basan únicamente en el consumo. 
Yo, que me dedico a la radio, he visto como emisoras con una pésima calidad de audio tenían exito y una audiencia fiel por el simple hecho de tener una linea corporativa que estaba de moda, que llamaba la atención, simplemente era algo que "molaba" y solo con eso los oídos de los oyentes se convertían en procesadores de sonido haciendo que esa calidad pésima de audio a penas se notara. 

Es decir, somos una sociedad atrapada por el consumo.
Un consumo en el que mandan las marcas, unas marcas que triunfan porque se le han atribuido unos valores.

Steve Jobs no creo Apple como una marca cualquiera, Apple encerraba unos valores, Steve Jobs quería avanzar, ofrecer algo diferente, salirse de los limites establecidos ... la apuesta por las ideas, seguir creando, seguir soñando con nuevas metas.

Eso es lo que diferencia a unas marcas de otras. Eso, la deficiencia en otros ámbitos dentro de la sociedad, es lo que hace que estemos dominados por las marcas.